Se trata de un cuadro caracterizado por una reducción en el número y peso normal de las deposiciones, con frecuencia se asocia a un endurecimiento de la textura de las heces. La defecación debe ser indolora, no requerir esfuerzo excesivo y ser completa. En ocasiones se acompaña de calambres abdominales, flatulencia, dolor de cabeza, irritabilidad y falta de apetito. Recomendaciones dietéticas:
- Aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra: todos los vegetales.
- Beber abundante cantidad de líquidos (mínimo 5 vasos al día de agua o infusiones o caldos desgrasados).
- Tomar los alimentos o muy fríos o calientes para estimular el movimiento intestinal.
- Cocer bien la pasta para que no dé lugar a molestias digestivas y procurar evitar el pan recién horneado tipo baguette, las verduras flatulentas, así como las legumbres cocinadas enteras con ingredientes grasos de origen animal (mejor prepararlas sólo con verduras y arroz o papa).
- Un remojo prolongado (mayor de 8 horas) y romper el hervor a mitad de cocción, disminuye la posibilidad de que las legumbres causen flatulencia.
- Prescindir de alimentos ricos en taninos (astringentes): manzana, membrillo, vino tinto, té, etc.
También es muy importante mantener una correcta higiene postural para facilitar la expulsión de las heces, tal y como se indica en la imagen.
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